lunes, 9 de marzo de 2015

Assassin's Creed: Unity


La saga de los Asesinos lleva formando parte de nuestras vidas de videojugador desde hace ya un tiempo. Querida y odiada a partes iguales, se ha ido abriendo paso mejorando y expandiéndose hasta alcanzar una envergadura elogiable. Nuestros queridos encapuchados nos han dado alegrías pero también algún que otro disgusto y, a día de hoy, no todo el mundo está contento con el resultado de la entrega más actual. Muchas han sido la quejas proferidas hacia Unity, desde que es un amasijo de bugs, hasta que se torna aburrido y no está a la altura. Son justificadas dichas quejas? En mi humilde opinión, no lo son en absoluto.


Esta vez ha sido Francia el lugar elegido para un nuevo capítulo en la interminable lucha entre asesinos y templarios. Sobra decir que París tiene entre sus catedrales y sus bellos edificios, encanto más que de sobra para no solo convencernos, sino también para conquistarnos con sus maravillosas vistas. No habrá un solo edificio mal recreado y el nivel de detalle alcanza lo enfermizo cuando contemplamos una catedral de Notre Dame que ralla la perfección. Eso sin mencionar que un gran número de edificios tienen las puertas y las ventanas abiertas para que los exploremos a placer, previo susto de sus inquilinos.


Nuestro protagonista es Arnó Dorian, un intento de recrear al excelente Ezio Auditore pero quedándose en un casi pero no. No sería justo decir que Arnó carece de carisma, pues sí lo tiene, sobre todo comparado con el polémico Connor, pero Ezio dejó el listón demasiado alto.
Pero no sólo de carisma vive un Asesino. En el ámbito de las acrobacias Arnó se basta y se sobra para moverse como si nada sobre suelo, tejados o cualquier superficie trepable. La mecánica de parkour ha mejorado tornándose más accesible y evitando así algunos accidentes, como morir por no habernos podido agarrar a nada. Ahora basta con mantener el botón para subir o el botón para bajar y Arnó buscará automáticamente la forma más rápida y segura de llegar a dónde queramos. Otra novedad interesante la encontramos en la parcela del sigilo, pues por fin seremos capaces de movernos agachados para deslizarnos tras un enemigo y dejarlo inconsciente.


En lo técnico, como ya mencioné antes, el juego se mantiene a un nivel muy alto. Al margen de los excelentes exteriores de los que hace gala la ciudad, los personajes no se quedan para nada atrás.
Nos encontramos con unos modelados expresivos y cuidados al máximo. Desde piel o pelo hasta la ropa que se ondula y mueve con naturalidad, todo alcanza un grado de detalle altísimo.
El doblaje ha sido otro tema polémico pero lo cierto es que no merece para nada las críticas, basadas únicamente en el doblaje de un solo personaje, llevado a cabo por cierto señor que no tiene gran experiencia. Las demás voces son, como ya estamos acostumbrados en la saga, excelentes.


Si bien, es cierto que Unity se muestra muy conservador y no arriesga. Se han suprimido las zonas de barco (lo cual me gusta, pues ya estaba un poco harto), y se ha apostado por lo clásico. Si te gustaron las entregas anteriores a ACIII, dale una oportunidad. AC Unity es una gran producción cuyo único riesgo radica en una tasa de bugs bastante elevada, pero que a mí no me ha afectado, ya sea por suerte o por la eficiencia del último parche. Sea como fuere, recomiendo el juego a todo aquél que tenga ganas de volver a trepar una atalaya.



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