lunes, 23 de septiembre de 2013

Gothic 4: Arcania


Hoy en día, en el campo de los RPGs occidentales tenemos un claro rey, y no es otro que Skyrim. Nadie cuestiona su inigualable calidad, su interminable mapeado o su longeva duración. Aunque eso no quiere decir que no existan otros juegos capaces de transportarnos a mundos igualmente vivos y repletos de oportunidades de cumplir encargos, enfrentarnos a peligrosos monstruos y explorar laberínticas cuevas en busca de tesoros y equipo nuevo. Hace unos años llegó a nuestras consolas un título con un nombre poco menos que desconocido para los usuarios de consola, no tanto para los de PC que se hacía llamar Arcania y que pertenecía a una saga con el nombre de Gothic, concretamente se trataba de la cuarta entrega.
A primera vista no era más que otro RPG occidental más, un juego que no podía hacer sombra a la saga Elders Scrolls y que, una vez jugado, quedaría enterrado en el fondo de nuestra estantería para no volver a tocarlo nunca más.




Pero eso sería un grave error. Puede que Arcania no tenga un apartado técnico puntero, ni ahora ni cuando salió, pero ese sería, en mi opinión, el único aspecto reprochable. Ante nosotros se abría un mundo extenso, lleno de personajes con encargos de todo tipo y con agresivas criaturas ansiosas de nuestra carne. Cualquier tarea imaginable puede llegar a nosotros a través de una misión secundaria, como matar un grupo de trasgos, recuperar un sombrero de paja, reconstruir unas runas antiguas, convencer a un mago de que deje de hacer sus experimentos o simplemente recoger hierbas para alguien enfermo. La mayor parte del tiempo la pasaremos explorando el mundo y desvelando el mapa, cosa muy útil para ir recolectando alimentos e ingredientes. Con ellos crearemos pociones, elixires de mejora y mejoraremos nuestro equipo. Hay que decir que no se trata de un juego fácil y, en consecuencia, el dinero no abunda así que no podremos ir a la tienda y llenarnos los bolsillos de pociones. Tendremos que ir cazando jabalíes para extraer su carne, cocinando pasteles con las bayas recolectadas de los arbustos o simplemente comer una manzana para recuperar escasos puntos de vida.




Los enemigos también nos pondrán las cosas difíciles y se abalanzarán sobre nosotros con una furia asesina que hará que agilizar los reflejos y aprender a curarnos rápido sea esencial. A veces nos dará la sensación de estar jugando a algo muy parecido a Dark Souls. Aunque es muy gratificante adentrarse en una cueva por el simple hecho de haberla encontrado mientras deambulábamos por el bosque y acabar, por pura suerte, encontrando un objeto que más tarde nos pedirán para una misión. O con una espada que duplica nuestra fuerza, o un amuleto que aumenta nuestra vida. Nada nuevo bajo el sol de los RPGs pero hay que decir que Arcania hace las cosas muy bien, nada nuevo, pero bien.



El argumento nos presenta una historia típica de venganza y no es nada que no hayamos visto ya, aunque entre medio habrá lugar para la intriga y la investigación para descubrir quién es ese misterioso personaje que nos está tocando las narices durante toda la aventura. Deberemos buscar archivos, leer pergaminos, interrogar a diversos personajes mientras vamos tras la pista del misterioso hombre del parche. Aunque la historia no se demasiado original, es suficiente para mantenernos enganchados, y sumado a la genial jugabilidad y a las inmensas posibilidades que ofrece el juego, tenemos un RPG grande y desafiante que nos puede mantener enganchados durante decenas de horas.




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